28 febrero, 2007

El león y la hiena (E. Galeano)



Los poetas y los artistas del pincel y del cincel aman desde siempre al león, que vibra en los himnos, flamea en las banderas y custodia castillos y ciudades, pero a nadie se le ha ocurrido nunca cantar a la hiena, ni inmortalizarla en la tela o el bronce. El león da nombre a santos y papas y emperadores y reyes y plebeyos, pero no hay noticia de que ninguna persona se haya llamado o se llame Hiena.


Según los estudiosos de la vida de los bichos, el león es un mamífero carnívoro de la familia de los félidos. El macho se dedica a rugir. Las hembras se ocupan de conseguir la comida, un menú de cebras o venados, mientras el macho espera. Cuando la comida llega, el macho se sirve primero. De lo que sobra, comen las hembras. Y al final, si algo queda todavía en el plato, comen los cachorros. Si no queda nada, se joden.


La hiena, mamífero carnívoro de la familia de los hiénidos, tiene otras costumbres. Es el caballero quien trae la comida, y él come último, después de que se han servido los niños y las damas.


Para elogiar, decimos: Es un león. Y para insultar: Es una hiena.


¿De que se ríe la hiena? ¿Se ríe de nosotros?

1 comentario:

Musa Sosa dijo...

Al otro lado del mar,¿ves? con estos referentes infantiles como no les vamos a tener manía sin conocerlas...