30 marzo, 2009

Supositorios

El embotamiento proporcionado por la congestión en que mi cuerpo ha decidido sumergirse tras un descenso de temperaturas de 10 grados en menos de 24 horas me proporciona un estado de aislamiento en que las noticias se diluyen en mi cabeza mientras disfruto ante el mágico espectáculo de las palabras rebotando en todas las paredes de mi torpe mente.

Un estado de lucidez cercano a la inhalación consecutiva de marihuana.

Y tengo flashes mentales. Y los voy a compartir con vosotros:

Solbes diciendo que la intervención de la CCM es algo necesario pero puntual y que ahora está en las mejores manos. Seguidamente mi culito en pompa entre las manos de mi mamá, diciéndome que estoy en buenas manos, que no me preocupe, que el supositorio es algo necesario pero que es el último y que no lo voy a notar.
Solbes diciendo que no hay que exagerar con el tema de la deflación. Y mi mamá diciendo que no hay que exagerar con el supositorio, que no sea roñosa y a dormir. Y yo con el culo en pompa, andando como un cuatrero hacia mi cama, sabiendo que el supositorio se quedaba ahí, por mucho que suplicara.
Interpretación básica: Solbes me recuerda a un supositorio.
Interpretación semi elaborada: Solbes con un micrófono y algo que arreglar me recuerda a mi madre con un supositorio y algo que curar. La diferencia estriba en que mi madre me curaba con o sin supositorio.
Interpretación elaborada: Solbes debería meterse el micrófono donde yo me metía el supositorio. Y después trabajar un poco. Y sobre todo, no volver a decir que no hay que preocuparse, que cada vez que dice eso me dan otra vez los escalofríos.

19 marzo, 2009

Incontables.

...Y yo me pregunto:
  • ¿Cuántas conquistas necesitas para sentirte un conquistador?

  • ¿Cuánta libertad para sentirte libre?

  • ¿Cuántos fracasos para sentirte fracasado?

  • ¿Cuántos triunfos para sentirte triunfador?

  • ¿Cuántas aventuras para sentirte aventurero?

  • ¿Cuánta seguridad para sentirte seguro?

  • ¿Cuántas respuestas para sentirte sabio?

  • ¿Cuánta vida para sentirte viejo?

Hay tantos conceptos incontables como almas. Tantas respuestas como personas. Tantas personalidades como respuestas. El alma, el placer, la curiosidad, el desarrollo, la motivación… tienden a infinito. A menos que les pongamos barreras. A menos que nos conformemos con rodearnos de algodón y mostrarnos en una vitrina, como la porcelana de Limoge.

La vida provoca sonrisas, y las sonrisas producen arrugas. Propone opciones, y las opciones llevan a los quebraderos de cabeza. Nos hace soñar, y los sueños que se resisten nos provocan insatisfacción. Propone amar, y amar puede conducirnos después al tormento. Vivir es todo eso y mucho más.

Disfrutarlo, valorarlo, sudarlo, rumiarlo. Nuestro ser es la respuesta a todos los incontables. Nuestra alma es infinita e incontable. Como la vida. Aunque intentamos medirla para atender a esa obsesión humana llamada seguridad. Hay horas que nos parecen segundos y segundos que nos parecen horas. Porque también es incontable. Subjetiva. Como nosotros. Sólo depende de ti exprimirte y exprimirla, hasta el orgasmo.

Incontables las carcajadas, las olas y las cosquillas.

01 marzo, 2009

Un Poetazo y una poetilla en prácticas.


Yo no vendo mis zapatos,
y no cedo mi careta.
Formulismos ni contratos,
no busquéis entre mi treta.

No me mudo de planeta
ni me engaño sin motivo,
nunca he buscado vendetta
mecida por mi tiovivo.

Yo sola me dejo expuesta
no emito ningún sonido,
ni me confío a la suerte.

Busco en el cielo respuesta.
Entre los bosques, un nido.
Brilla, mi estrella, más fuerte
.