![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxIfUwLa6fa9B5K5zbuIxXrKBaHzQFLIa_oKYaiQZPuyIo_MKcXcGUMifcs7lBzf4o9VBl1jGVjX-u5Cbzqkvq8evghPl1VowRAcGDjnmpvmGD66WZTZLlnzpo_fV_TUw3Kjp0/s400/4e581dead-764f-464d-8428-05171e4e585c.jpg)
Algunas veces me da por hablar sola. No en plan llevar una conversación, en plan estar pensando en algo y soltar una frase en voz alta. Analizando la situación me he dado cuenta que normalmente la frase que digo en voz alta suele ser autocensura. O autoflagelación. O autosugestión. O autoinsulto. Lo que me conduce a una clara deducción: Estoy hablando conmigo misma. Me animo, me riño, esas cosas. Esto significa que no estoy loca, porque no hablo con un amigo invisible, hablo conmigo y yo estoy ahí y puedo hablar y responder y escuchar o callar; lo que pasa que como estoy pensando algo que no quiero pensar y no sé cómo autoimponer mi criterio al de mis sueños-anhelos-pesadillas-masoquismos varios, intento hacerlo de un modo que rompa el estado mental en el que me encuentro y sea tajante e intransigente conmigo misma. Y ya me he quedado mucho más tranquila. Y ahora vas y lo cascas.