04 enero, 2007

Palpando sueños.


Las musas me rodeaban mientras soñaba con tu cuerpo. Estabas a mi lado y no sabía tocarte, no quería tocarte. No debía tocarte. El tacto es a menudo el peor de los sentidos. El más frágil, el menos dócil, el más sincero.
No acariciaste mi cuerpo, meciste mi alma. Temblaba. Te colaste por cada poro de mi piel y paseaste por mis venas. Eras lo peor de una droga de síntesis y lo peor de la heroína. No conocía tu composición, tu contenido, ni la reacción de mi cuerpo frente a ti, pero supe que enganchabas. Como el caballo. Fusión de drogas y sentidos. Abrazarte con mis piernas, enredarte, estrangular tu cuerpo en un remolino sin final.
Cierro compuertas para tocarte, para que no te puedas colar dentro de mi piel y el olvido no falte al despertar. Y, si no puedo cerrarlas, si me dejo llevar, me llenaré de ti, para poder soportar tu ausencia cuando despierte, a la mañana siguiente.
Una canción: Simply the best (Tina Turner)
Un lugar: Mi lugar.
Un deseo: Otro After Eight.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Exótico y bello al mismo tiempo. Difícil pero posible

Anónimo dijo...

Muy chulo, empanadilla (quiero más de estos..jeje)

Me han molado tus comparaciones porque; cada vez estoy más convencida: el amor es la droga más dura.
Un besi por la vena.

Musa Sosa dijo...

Usuario anónimo, las cosas importantes son a menudo difíciles, no crees? Posible, sí posible.

Mistinguett, ahí le has dao. No puedo añadir más (ni debo).

Muchas gracias primera croqueta. Habrá más, por supuesto!.
Otro beso para ti, en pastillas.