15 febrero, 2008

Elige tu propia aventura (y V)


La Casa de Fernanda Calma V.


Amaranta salió de la casa y fue a la de Oliverio. Le condujeron a una salita con sofás y ahí esperó a que él llegara. Oliverio apareció con su perfecta indumentaria y la sonrisa confiada de quien había estado esperando, seguro de que algún día, ella iría en busca de las respuestas.

- El Fénix resurgió de sus cenizas. Un placer volver a verte, Amaranta.
Oliverio le besó la mano y Amaranta sostuvo su mirada.

- He venido a buscar la verdad, Oliverio. Mi madre no era la víctima y mi padre no fue el verdugo. Pero sólo yo lo sé.

- A menudo nada es lo que parece. Ni siquiera existe la verdad.

- No quiero filosofía. Quiero respuestas.

- Y las tendrás.

Oliverio se sirvió una copa de whisky y se sentó frente a ella.

- Ni tu madre era perfecta y envidiable ni tu padre era su sufrido y dócil servidor, Amaranta. Hace... aproximadamente 26 años que conozco a Fernanda. Por aquel entonces era una buena amazona, contrató a uno de los mejores profesores para perfeccionar su técnica. Se llamaba Isidro, y era mi hermano. Isidro y tu madre vivieron ese verano un tórrido romance que, desgraciamente, fue descubierto una tarde por tu padre. Nueve meses después de ese verano tu madre dió a luz una niña. Tu padre montó en cólera, a las dos semanas del alumbramiento un mensajero llevó una caja con un lazo enorme, a nombre de Fernanda. Cuando ella lo abrió encontró en su interior una pareja de testículos y un miembro viril, acompañados de una nota: "Que lo disfrutes. De Isidro". Virgilio había encargado el regalo para Fernanda. Ella vivió con el secreto, sin dolor ni arrepentimiento. Yo era el único que lo conocía, así que, la situación me ayudó a conseguir mi actual posición. Mi silencio tenía un precio y era caro. Nunca quise ser un caballero. Fernanda calló pero no olvidó y decidió pagarle a Virgilio como él lo hiciera con Isidro. Pero Fernanda nunca había disparado un arma...


Amaranta salió de la casa y se dirigió a la estación. Cogió un tren hacia el sur. El sol, el mar y la brisa le ayudaron a olvidarlo todo y a ser feliz. Nunca volvió a su casa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sorprendente final, no me habia esperado eso de Virgilio, le tenia lastima y todo.
Enhorabuena, ha sido una gran historia, espero que escribas otra pronto.

Anónimo dijo...

Muy bonito el final...lástima que no haya habido alguna escena de sexo.

Musa Sosa dijo...

Engarde, gracias! Repetiré pronto, me ha gustado la experiencia.

Último español, jajaja, no coment.