13 abril, 2008

Estética exterior.


Tras unos días sin pronunciarme y tras conversaciones con empanadillas, Kaktus y Hombres Revenidos, vuelvo al ataque, para que no os olvideis de visitar la empanadilla de vez en cuando. Hoy hago un revival de momentazos vividos entre cepillos y secadores o entre ceras y gafas-anti-rayos-láser.

Transcribo tres de esos momentazos, que se han convertido en las mejores de la marabunta de frases célebres para el recuerdo que uno puede encontrar en estos sitios donde se tiende a hablar bastante sin tener realmente nada que decir.

Ayer decidí raparme el pelo (que es lo primero que venimos haciendo las mujeres cuando queremos dar un vuelco a nuestras vidas). El caso es que estaba yo con mi pelo recién cortado frente al espejo, esperando que una de las peluqueras viniera a secar mi maravilloso cambio de vida. Llega ella, jovencísima en edad, maruja total en pensamiento y niña en desarrollo mental (no es por criticar, pero ya que estamos...) me mira, sonríe, enciende el secador, yo preparada para anotar la frase célebre que veía se iba a deslizar por sus labios...:

- Pues este año tampoco te casas ¿no? Porque con ese corte...

Juro que me quedé sin palabras. En el suelo, junto a mis mechones de pelo recién cortados vi caer mi ingenio y mi lengua. Así, planchada me dejó. Muerta como una piedra. La niñata de los huevos.

En fin, paso a la segunda frase célebre. Pronunciada hace unos días en una sesión de depilación láser. Para aclarar contextos y que no se me tache de osezno diré que al láser es conveniente ir totalmente rasurada. El caso, me coge una de estas chicas cariño, cielo, corazón, que suelen estar presentes en un 80% de las tiendas de la ciudad del Cierzo. Bien, ahí estaba yo, preparada para sufrir, con un vello no superior a los 3 mm (lo prometo) cuando me mira la chica:

- Corazón, con esos pelos que llevas lo vas a flipar.

Tercera y última, esta la escuché hace unos cuatro años, pero es un momentazo inolvidable. Sesión de depilación con cera, yo, simpática y agradable que soy, le pregunto a la chica por sus pasadas vacaciones en Roma.

- Chica, terminé harta de ver piedras. Y el Vaticano un despilfarro, después dicen que los curas no tienen pasta.

Ahí ví el filón de la conversación y estuve rápida:

- Pues no vayas a Grecia, que debe ser más de lo mismo.
- No, no, yo ya lo dije; a la próxima a la playa, que por lo menos me pondré morena.

Y aquí termina la sesión de frases para el recuerdo. Momentos inspirados. Gente con carácter.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde mi encierro obligado-voluntario...sin palabras me has "dejau", corazón: por tu cambio de look ( ganas tengo ya de verlo ) y por el comentario de cada una de las pavas.

HombreRevenido dijo...

Sabiduría zen de la calle. Quizás no has sido capaz de captar los matices.

La primera celebraba que no te casaras, quizás con platónica atracción.
La segunda tal vez simplemente anunciaba lo bien que iba a realizar su trabajo y el flipante resultado.
La tercera, a su manera, planteaba la dicotomía clásica entre la inacción budista y la fachada (tú serás la piedra sobre la que edificaré mi iglesia) del catolicismo imperante.

Otra cosa es que tú no te des cuenta, claro.

Musa Sosa dijo...

Mistinguett, cielo, no te preocupes que no te has perdido mucho en tu encierro. Eso sí, mi cambio de look jeje.

Hombre revenido, no es por criticar, pero creo que estas chicas el matiz lo dejaron con los tintes...

Lo de la tercera no lo había pensado, pero me gustaría verte explicándole a ella los matices que has captado jej ;-)

Lupus dijo...

He de darle la razón a la autora, los matices, seguramente tuneados y rosas, los tendrían aparcados en la calle de atrás, aunque he de reconocer que debió costarte salir del coma de la primera. Esas frases sí son poesía de la descarnada, y no las des-composiciones de JT.