15 abril, 2007

El retrato de Dorian Gray. (Fragmento)



Lord Henry Wotton: No existe aquello llamado buena influencia, señor Gray. Todas las influencias son inmorales desde el punto de vista científico.

Dorian Gray: ¿Por qué?

Lord Henry Wotton: Porque influenciar a una persona es darle nuestra propia alma. Esta no tendrá sus propios pensamientos, y se incendiará con sus propias pasiones. Sus virtudes no serán reales, sus pecados, si existen los pecados, serán prestados. Se convierte en el eco de la música de otro, el actor de una parte que no ha sido escrita para él. El objetivo de la vida es el desarrollo de su propio yo. Encontrar su naturaleza apropiada, es esto por lo que cada uno de nosotros estamos aquí. El mundo tiene miedo de sí mismo, se han olvidado de la mayor de todas las obligaciones, la propia. Claro que son caritativos, alimentan al hambriento, y visten a los mendigos. Pero su propio ser está famélico y desnudo. La valentía huyó de nuestra raza. Tal vez nunca la tuvimos. El terror a la sociedad, que es la base de la moral, el terror a Dios, que es el secreto de la religión, estas son las dos cosas que nos gobiernan. Y sin embargo... Sin embargo, creo que si un hombre viviera su vida completamente y hasta el límite, si le diera forma a cada sentimiento, expresión a cada pensamiento, realidad a cada sueño. El mundo alcanzaría un impulso tan fresco de alegría que olvidaríamos lo malo de la mediocridad, y regresaríamos a la época helénica ideal, a algo más dulce, más rico, que el ideal helénico. Pero hasta el hombre más valiente tiene miedo de sí mismo...Se ha dicho que los mayores acontecimientos del mundo suceden en nuestro cerebro. Es en el cerebro, y sólo en él, donde los grandes pecados del mundo suceden. Usted señor Gray, usted mismo, con su sonrosada juventud y blanca adolescencia, ha tenido pasiones que le asustaron, pensamientos que le llenaron de terror, sueños estando despierto y dormido cuyos recuerdos podrían manchar sus mejillas de vergüenza.

(...)

Se frotó los ojos, y se acercó al cuadro y lo examinó de nuevo. No había señales de cambio alguno cuando miró la pintura, y sin embargo no quedaba duda que la expresión se había alterado. No era sólo su propia impresión. Era horriblemente obvio. Se lanzó sobre la silla, y empezó a pensar. De repente pasó por su mente lo que había dicho en el estudio de Basil Hallward el día que el cuadro fue terminado. Lo recordaba perfectamente. Pronunció un deseo enfermizo de que él pudiera permanecer joven, y que el cuadro envejeciera; que su hermosura permaneciera inalterada, y que su rostro en la tela soportara la carga de sus pasiones y pecados; que la imagen pintada se marchitara con las líneas del sufrimiento y el pensamiento, y que él mantuviera la flor y el encanto casi consciente de su adolescencia. Con seguridad su deseo no se había cumplido? Esas cosas son imposibles. Era monstruoso sólo pensar en aquello. Y sin embargo, ahí estaba el cuadro frente a él, con un toque de crueldad en la boca. "

Óscar Wilde.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que muchas veces lo que buscamos no es la "buena" influencia, sino un buen consejo, libre de ser seguido o no, verdad?
El inalcanzable deseo de la eterna juventud¡¡Hummmm, yo creo que la mejor edad es la que se vive en cada momento, si se sabe vivir bien, exprimir cualquier edad, ¿me explico?
Leed "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", de Jardiel Poncela y veréis cuántos problemas trae la eterna juventud; está muy bien¡¡Aunque, empanadilla, no estaría nada mal volver a ser pegamentos, cuando nuestra máxima preocupación era a quién le iba a tocar ser "Guerra" o a qué íbamos a jugar en el recreo ese día...

Musa Sosa dijo...

Creo que un consejo (lo de bueno o malo, a mi entender, es muy muy relativo) puede estar bien si quien lo da conoce lo suficiente a la otra persona. Es difícil dar un consejo, así que ya, que sea bueno...ufff. No crees?

La eterna juventud tampoco entra dentro de mis planes ni de mis anhelos, pero leeré el libro.

Cuándo dejamos de ser pegamentos? Va a ser cierto que sigo siendo una niña y no me enteré...

Anónimo dijo...

Hombre, se entiende que si quieres dar un consejo intentas que sea bueno, al menos tu lo das con buena intención, no? Digamos que es bueno para el que lo da, porque también puedes dar malos consejos si no tienen consecuencias positivas para el que lo recibe a la larga ¿me entiendes?
¡Qué ultimamente estamos un poco puntillosas, eh, empanadilla¡¡

Musa Sosa dijo...

Dulcinea, totalmente entendido el malentendido. No te pongas susceptible mujer, que no estoy puntillosa!!! jeje. Ok, consejera ;-)