Lo más duro no es estar en un hospital junto a su cama, luchando contra cada minuto, susurrando palabras encantadas, desprovistas de fuerza o de valor. Lo más duro no es coger su mano esperando un milagro. Ni siquiera intentar dormir. Ni las pesadillas. Ni el peso constante en el pecho.
Lo más duro es volver al escenario donde todo ocurrió. Mirar sus cosas, en perfecto orden. Abrir la ventana intentando que el viento se lo lleve todo. Soportar tu propio dolor al contemplarlo, apoyada en ese que evitas a los demás. Borrar las huellas tangibles de la desgracia a golpe de fregona y abrillantador. Cambiar el olor. Intentar dejar todo como lo habría hecho ella. Sentir su esencia desplegada en toda la habitación. Volver a cerrar la puerta deprisa, apretando los labios, cerrando los ojos. Y rezar oliendo su ropa.
Lo más duro es volver al escenario donde todo ocurrió. Mirar sus cosas, en perfecto orden. Abrir la ventana intentando que el viento se lo lleve todo. Soportar tu propio dolor al contemplarlo, apoyada en ese que evitas a los demás. Borrar las huellas tangibles de la desgracia a golpe de fregona y abrillantador. Cambiar el olor. Intentar dejar todo como lo habría hecho ella. Sentir su esencia desplegada en toda la habitación. Volver a cerrar la puerta deprisa, apretando los labios, cerrando los ojos. Y rezar oliendo su ropa.
6 comentarios:
Para los momentos más duros, simpren van pilares fuertes en los que sostenerse. A veces hay que pedir fuerzas a los demás, y éstas, en forma de abrazos, miradas o sonrisas, llegan.
besitos empanadilla.
Hace un tiempo que te leo; me encanta cómo lo dices, pero hoy me decido y te dejo un comentario. En realidad te dejo un abrazo...
Anónimo, sí, llegan. Aunque algunas veces no te queda voz para pedir fuerzas, están esas personas que no necesitan escucharla para acudir.
Anónimo 2, gracias, por el abrazo y por los minutos de lectura!
creo que rezar ayudó en su momento, y sigue ayudando, creo que puedes estar orgullosa de tí misma, creo que ella lo está, seguro.
Aunque te niegues a reconocerlo, sabes que eres más fuerte que cualquier sentimiento negativo que pueda existir. Superman tiene su capa y tu tienes tu sonrisa. Me gusta tu post, no te voy a dar animos inecesarios y siempre absurdos( Creo que la empanadilla escribe por que le gusta,no buscando ciberanimos). Volvere a leer tu relato.
Gracias
PD....
Gracias, creyente!
Anónimo, me dejas con la mosca tras la oreja, una sonrisa de mi para ti. Y sí, realmente escribo porque me gusta
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