22 enero, 2012

¡No va más!

"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."

La Revelión de Atlas
Ayn Rand

Para defender la libertad, la cultura y la integridad hay que ser creativo. Raramente se defienden ideales con prohibiciones o clausuras atropelladas. Al menos que no intenten tomarnos el pelo otra vez. Y sí, esto va por el cierre de Megaupload.

25 octubre, 2011

Cumpleaños feliz.

Hoy no leo periódicos, ni escucho la radio ni veo el noticiero televisivo. Hoy quiero mirar el mundo con la inocencia con que vine a él. Desnuda y rosada.

Vuelvo a dar gracias por mi sonrisa informada y transparente. Con la insatisfacción de una pulga saltarina, de una pierna a la otra, de un bocado al siguiente. Respiro la vida, ora fría como un témpano ora cálida como un abrazo. Enriquecida con cada bocanada de oxígeno que alimenta mis células. Sorprendida con los escenarios imponentes que rodean nuestros pasos, en este viaje fugaz.


Doy gracias por esas personas maravillosas que voy encontrando en el camino. Por ese atadijo de recuerdos capaces todavía de estremecerme, de hacerme sonreír, de recordar cómo me gusta ser y por qué. Por las canciones que me envuelven entre notas imprescindibles. Por los olores que me transportan a universos paralelos. Por los abrazos grandes. Por los besos pequeños.


Sólo quiero seguir creciendo, arrugando mi ensamblaje cada vez que algo me haga reír o llorar, dándolo todo por creer que, realmente, hay instantes en los que soy libre y soy Yo. Por ver felices a esas personas imprescindibles, ésas, las que me hacen sentir.


Mi vida sólo es lo que creo que es. Por eso hace tiempo decidí creer que es maravillosa. Y realmente lo percibo así sin taparme los ojos, aunque alguna vez necesite apretar un poco los puños.

12 septiembre, 2011

Soldados de terracota.

Mis soldados se rebelan contra el general cuando los pone firmes. No son fáciles de doblegar. Intentan primero ablandarlo a base de suspiros metódicos, bostezos, tamborileando en el intestino para obligarlo a cantar, intentando desviar la atención con recuerdos fuera de lugar….todo para intentar sacar al general de sus casillas.


Cuando ven que no lo consiguen, que siguen pegados a la silla, mirando la misma pantalla, buscando soluciones que no les interesan, recurren a la tortura del general. Pequeñas agujas que van clavando en la sien, en la nuca, en la espina dorsal…

Mis soldados castigan al general, consentidos como son, placenteros y risueños. No se dan cuenta que el general necesita trabajar para mimarlos.

El general envejece cuando tiene que decirles que se acabaron las vacaciones, que no fueron tan cortas, que tampoco están tan mal, que todo es muy caro y no tienen dónde caerse muertos, que todo irá mejor, que Navidad está a la vuelta de la esquina, que fíjate cómo está Grecia, y el futuro, y el porvenir …

Y ellos se limitan a recordarle al general que está perdiendo el tiempo, que no merece la pena, que existen muchas formas de vivir y que él es tan cafre que no ve más allá de sus narices…

Y en medio estoy yo como consciencia metafísica de las corrientes filosóficas que pelean en mi interior. Yo como delimitación absurda de un montón de soldados y un general. Sin saber muy bien cuál de ellos es más yo que el resto.

Ya ves, cada uno lleva Septiembre como puede…

18 junio, 2011

Limpiando.


El polvo no sólo se acumula en las cosas, se acumula también en las almas. Y cuando te das cuenta tienes como un regusto rancio que hace que te canses más y el futuro se ve más nebuloso, como sin gracia.

La higiene es importante. La física y la mental. Por eso es recomendable, cuando se haya atravesado algún árido desierto o algún rápido torbellino pararse una mañana en algún pradito verde, abrir la caravana, sacar el plumero y el cepillo e intentar ordenar y/o limpiar todos los compartimentos.

También digo que resulta más fácil limpiar el futuro que limpiar el pasado. Porque el futuro depende en una medida importante de nuestra actitud. El pasado pasó y de aquellas lluvias estos lodos, que dicen. Y hay que limpiar mucho, oiga, "esrriñoná" te quedas y siempre queda tierra. Lo nuevo siempre luce antes. Qué vas a comparar. El resultado que dé...bueno, eso ya lo hablamos otro día,
si es menester.

14 junio, 2011

Ganas.


La batalla la ganó el olvido.

La guerra no. La guerra la ganas tú. Cada día. La lucho yo, junto a un puñado de gente, que todavía podemos recordar. Recordarte a tí. El olvido se amedrenta entonces, porque somos más, somos fuertes y luchamos sin tregua. Nos mira con desprecio, esperando su turno. Pero ahora no. Ahora se da cuenta que nunca ha podido borrarte. El amor le ganó también esta guerra.

El olvido, que tanto dolor nos regaló. Tanta nostalgia sin despedida, tantas miradas vacías. Y aquellos ojos, el destello del miedo, el frío, la fingida calma.

Y vuelta a luchar, ahora intentando encontrar un olvido amigo, pasajero, sutil, superfluo. Pero el olvido no es sutil, ni amigo. Yo lo sé. Y decido que tampoco quiero olvidar lo malo. Sólo lo recubro, con tu ironía, con tu mano, con tus palabras. Lo recubro de tí. Y entonces puedo dormir. A tu lado, ahora, que sé que puedes otra vez entenderme.

Al final tú eres yo. Y yo no me puedo explicar sin tí.

04 junio, 2010

Te debo un post.


Nunca he podido comprender que a alguien no le gusten los regalos (y conozco más de una de esas extrañas criaturas). El primer intento que mi mente rumiante hizo para encontrar una explicación a ese comportamiento fue infructuoso; sólo llegué a refrendar una conclusión (que ya había obtenido por la suma de otros comportamientos): Son diferentes. Se les pueden dar abrazos, besos, explicaciones, ánimos, cartas…pero nada material.

El segundo intento me llevó a una reflexión más intensa y a una conclusión más profunda: Hay personas que son un regalo en sí mismas e intentar regalarles algo es como ir a un espectáculo de fuegos artificiales con una bengala. Pero mi segunda reflexión cojeaba; porque era evidente que la relación entre el que a una persona no le gusten los regalos materiales y que una persona pudiera ser un regalo de la vida no mantenían una correspondencia unívoca.

Así que aún inicie un tercer intento, que resultó el más cercano a los casos estudiados, concluyendo que el regalo más bonito que podemos hacernos es inmaterial, escaso e irreemplazable: El tiempo.
Cuando encontramos a una persona con la que compartir nuestro tiempo nos hace crecer, comprender, soñar, reír o pensar debemos hacer lo posible por conservarla. Y por tenerla cerca el máximo número de minutos posible en nuestra imparable carrera sin destino.

Espero que mi compañía sea, al menos alguna vez, salida, refugio, entusiasmo, cariño, vida para esas personas que tanto aportan, tanto entregan, tanto ayudan. La gratitud y la cercanía intentan ser mi regalo de cumpleaños. Al menos por este año.

17 mayo, 2010

Obras.


Cuanto más grande me hago más veces me planteo diferencias esenciales; conceptos universales con planteamiento individual. Vida, trabajo, ocio, esfuerzo, comunicación...

He trabajado en más de 5 y en menos de 10 entidades. Desde la multinacional hasta la micropyme, siguiendo el trazado inconexo que se obtiene por la suma de uno y sus circunstancias.

En un ejercicio puro de introspección, he analizado las decisiones que hasta ahora he tomado en esa parte de mi trayectoria vital de un modo sobresaliente y las he contrapuesto con aquellas tomadas de un modo muy deficiente, obteniendo como resultado un precario empate. Equivocarse es casi tan sencillo como acertar. Así no llego a ninguna parte, me he dicho…

Examinándome como instrumento productivo me encuentro en un momento apetitoso, por aptitudes y por actitudes. Eso no es garantía de nada, por supuesto. Me sigo equivocando como una colegiala, pero he aprendido a levantarme sin quejarme.

Algunas veces me pregunto cómo se ven las cosas desde arriba; siempre he trabajado en la amplia base de la pirámide productiva, en el lugar donde también vivimos los anónimos idealistas. Yo desde ahí abajo veo algunas cosas injustas y otras mejorables y me pregunto si las personas que han llegado a un cargo desde el que podrían hacer algo también las ven. O si es que uno se despista, pierde cualquier ideal por el camino, se acomoda y olvida el valor del esfuerzo y la honestidad.

O tal vez es que todos los seres humanos acostumbramos a mirar hacia arriba buscando objetivos, culpables, héroes o villanos. Olvidando que uno mismo puede ser guía, destino y pionero. Y que esta sociedad y este tiempo no lo forman los que pasarán a los libros de historia con nombre y apellidos. Lo formas tú y lo formo yo. Lo formamos todas esas personas que en silencio hacemos todo lo posible por ser, cada día, un poquito felices y un poquito mejores.