Tras una semana de mal sueño, de contracturas de espalda, de cansancio injustificado, he decidido sonreír. Sin motivo o por muchos motivos, depende de cómo lo mires.
Tal vez el secreto sea ser mi mejor amiga. O simplemente pensar que las cosas pasan con algún motivo. Tener más fe en uno mismo o en la vida o en el sexto sentido. Sonreír a las personas sin juzgarlas. Olvidar los juicios ajenos que se emiten sin conocimiento de causa. Confiar en las señales. Disfrutar las esperas. Analizar tus cambios interiores y las señales de tu cuerpo. Atar corto las pesadillas y obligarlas a confiar en ti, en tu ritmo, en tu manera pausada de hacer las cosas.
Sigo sin encontrar los grandes sueños que antes rondaban mi cabeza. Excepto esos que aún no he cumplido y me desvelan o me hacen bajar la cabeza alguna vez. Una mala racha la tiene cualquiera. Una mala racha siempre se alarga, inevitablemente. Una mala racha tiende a propagarse por todas las habitaciones de tu alma y toca facetas que en principio estaban separadas. Un acontecimiento aislado que ocurre en un segundo y sigue condicionando tu vida cuatro años después. No sólo mental sino físicamente. ¿Superación o adaptación?. La adaptación siempre me ha sabido a poco. Aunque la capacidad de adaptación es lo mismo que la capacidad de supervivencia y debemos desarrollarla como una gran destreza, porque antes o después todos tenemos que recurrir en algún momento a ella para sobrevivir. La superación es complicada cuando el mero hecho de intentar mantener una aparente normalidad y progreso en tu vida requiere un esfuerzo mental. Cuando alguien que te quiere te dice que estás en contra del mundo. Y tú le respondes que el mundo está en contra tuya, pero que te da igual 8 que 80, todo con una sonrisa. No es cuestión de quejarse, es cuestión de aprender. Y a base de aprender te superas. Y vuelves a ser tu mejor amigo. Y te prometes que harás esas cosas que aún no has hecho. Y te juras que eres el mejor y que nadie lo estaría haciendo mejor y que tienes un par y que le den por culo al mundo. Y te prometes que la gente que te quiere estará ahí, esperando. Y que volverás a ver claros tus deseos. Y los alcanzarás. Te prometes que nunca te convertirás en lo que no quieres ser aunque sea lo más fácil, aunque eso sea un gran cambio, aunque sería lo más sensato. Te convences que no harás nada que no estés convencido de querer hacer. Te convences de que sabes aguantar el ritmo y dar con la clave que se está escapando. Que las llamas no deben seguir propagándose. Que has crecido, te veo más alta y más delgada. Qué mona está esta chica siempre. Que sabes que lo tienes que llevar cargado a la espalda, en el saco del equipaje, pero hay unas mochilas anatómicas ahora…monísimas, y super rebajadas y en todos los colores. Perfectas. Preciosas. Se adaptan a tu estilo de vida, a tu cuerpo, al karma y a las cervicales. Como un guante. Ideales.
Tal vez el secreto sea ser mi mejor amiga. O simplemente pensar que las cosas pasan con algún motivo. Tener más fe en uno mismo o en la vida o en el sexto sentido. Sonreír a las personas sin juzgarlas. Olvidar los juicios ajenos que se emiten sin conocimiento de causa. Confiar en las señales. Disfrutar las esperas. Analizar tus cambios interiores y las señales de tu cuerpo. Atar corto las pesadillas y obligarlas a confiar en ti, en tu ritmo, en tu manera pausada de hacer las cosas.
Sigo sin encontrar los grandes sueños que antes rondaban mi cabeza. Excepto esos que aún no he cumplido y me desvelan o me hacen bajar la cabeza alguna vez. Una mala racha la tiene cualquiera. Una mala racha siempre se alarga, inevitablemente. Una mala racha tiende a propagarse por todas las habitaciones de tu alma y toca facetas que en principio estaban separadas. Un acontecimiento aislado que ocurre en un segundo y sigue condicionando tu vida cuatro años después. No sólo mental sino físicamente. ¿Superación o adaptación?. La adaptación siempre me ha sabido a poco. Aunque la capacidad de adaptación es lo mismo que la capacidad de supervivencia y debemos desarrollarla como una gran destreza, porque antes o después todos tenemos que recurrir en algún momento a ella para sobrevivir. La superación es complicada cuando el mero hecho de intentar mantener una aparente normalidad y progreso en tu vida requiere un esfuerzo mental. Cuando alguien que te quiere te dice que estás en contra del mundo. Y tú le respondes que el mundo está en contra tuya, pero que te da igual 8 que 80, todo con una sonrisa. No es cuestión de quejarse, es cuestión de aprender. Y a base de aprender te superas. Y vuelves a ser tu mejor amigo. Y te prometes que harás esas cosas que aún no has hecho. Y te juras que eres el mejor y que nadie lo estaría haciendo mejor y que tienes un par y que le den por culo al mundo. Y te prometes que la gente que te quiere estará ahí, esperando. Y que volverás a ver claros tus deseos. Y los alcanzarás. Te prometes que nunca te convertirás en lo que no quieres ser aunque sea lo más fácil, aunque eso sea un gran cambio, aunque sería lo más sensato. Te convences que no harás nada que no estés convencido de querer hacer. Te convences de que sabes aguantar el ritmo y dar con la clave que se está escapando. Que las llamas no deben seguir propagándose. Que has crecido, te veo más alta y más delgada. Qué mona está esta chica siempre. Que sabes que lo tienes que llevar cargado a la espalda, en el saco del equipaje, pero hay unas mochilas anatómicas ahora…monísimas, y super rebajadas y en todos los colores. Perfectas. Preciosas. Se adaptan a tu estilo de vida, a tu cuerpo, al karma y a las cervicales. Como un guante. Ideales.
¿Has conseguido leer hasta aquí sin dormirte o te has saltado algún renglón?. En cualquiera de los dos casos te felicito y entiendo. No vuelvas atrás con cargo de conciencia a leer los renglones que has saltado, no merecerá la pena...
2 comentarios:
A veces es cierto que parece que nos falta el aire para seguir caminando, pero no sabes lo grande que es la capacidad del ser humano para sufrir!!! También mi vida basculó por un hecho acontecido en un instante, al principio todo el mundo se acuerda, intenta ayudar, pero luego pasa el tiempo y ya ni preguntan; que no les echo la culpa ,claro, sólo digo que la vida es así y a veces me hace sentir la falta de aire en mic amino. Sea como fuere la vida da sospresas, buenas y malas, alegres y tristes... pero pocas cosas podemos cambiar sino es el modo de enfretarnos a ellas. Yo aun estoy aprendiendo.
Al otro lado del mar,todo sigue, con los buenos y los malos sueños, que nos renuevan y nos permiten seguir con nuestra "anormal normalidad", bonita y compleja tarea en ocasiones.
Beron, aprender de cada día es una buena forma de plantear nuestra vida y afrontar las cosas del modo más positivo posible es, tal vez, lo más importante que debamos aprender...
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