La Casa de Fernanda Calma III
- Respecto a ti, Oliverio...
- Respecto a mi... ¿Qué, Fernanda?
- Te maldigo todos los días, Oliverio. Justo antes de mis oraciones.
- Resulta casi excitante oírte decir eso, Fernanda. Yo bendigo todos los días cada uno de tus vicios y cada uno de tus secretos.
- Debo volver a atender a los invitados.
Fernanda escapó de su propia trampa con las mejillas sonrojadas y la rabia contenida en su vientre. Tubo que detenerse, cerrar los ojos y respirar profundamente antes de poder entrar de nuevo, con una espléndida sonrisa, en el salón.
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Amaranta se había acostado hacía horas, cuando todos los invitados abandonaron, por fin, la casa, pero seguía dando vueltas en la cama, sin poder dormir. La fiesta había resultado casi más sosa de lo que vaticinó. Esta vez ni siquiera pudo apostar qué nuevo galán caería en las garras de Rebeca. Resultaba obvio que, al menos esa noche, Oliverio debía ganar. Cualquier apuesta habría resultado absurda.
Volvió a pensar en aquella última confidencia de Oliverio "Algún día te contaré la verdad, Amaranta, tú eres la única que merece conocerla y que sabrá mantenerla en secreto toda su vida"
Teniendo en cuenta el escaso interés que despertaban en ella los pretendientes de Rebeca debía reconocer que Oliverio era diferente. Había entre ellos un lazo extraño e invisible que les permitía opinar o reir sólo mirándose a los ojos. Como si palabras inaudibles le desvelaran su pensamiento. Oliverio era un misterio para todos. Pareció surgir de la nada el día que Fernanda lo presentó en la fiesta de compromiso de su hermana Mercedes. Su pasado se dispersaba en un continuo deambular por los cinco continentes. Oliverio, por supuesto, sucumbió a la mirada felina de Rebeca, a sus movimientos gatunos y a su voz de sirena de Ulises; lo importante en Rebeca no era lo que decía, sino cómo lo decía.
Amaranta se incorporó, tenía la boca seca y decidió bajar por un vaso de agua a la cocina. Pero al llegar al umbral de la puerta se detuvo. En su interior pudo ver la escena con claridad, sin que nadie se percatara de su presencia. Comenzó a respirar con dificultad, las piernas le temblaban, se tapó la boca y volvió sobre sus pasos, apoyándose en las paredes para no caerse al suelo...
...Continuará...tú decides cómo...
A.- Amaranta ha visto a Virgilio manteniendo relaciones sexuales con el ama de llaves.
B.- Amaranta ha visto a Fernanda apuntando a Virgilio con un arma.
C.- Amaranta ha visto a Oliverio manteniendo relaciones sexuales con Fernanda.
D.- Amaranta ha visto a la cocinera despellejando y cortando en trocitos a su gato (porque Amaranta tenía un gato).
La encuesta aparece a la izquierda del texto.
3 comentarios:
Esta vez me decanto por la B, más trapos sucios sin sexo por medio.
Yo me decanto por la A. Al contrario que Empanadilla madre, sigo que pensando que el sexo arregla muchas más cosas de las que estropea.
Menos mal que no te ha dado por la opción E:"Rogelio y Oliverio manteniendo relaciones sexuales", jejeje
Empanadilla madre, malos, que sois unos malos todos.
Último Español, no creo que empanadilla madre piense que el sexo estropee nada, pero es que le van los tiros, es sanguinaria la chiquilla...
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