La casualidad hizo que se encontraran esa tarde, en el lugar más alejado del planeta. Se vio reflejada en sus ojos y supo que estaba en el centro del mundo. No necesitaba nada más.
Sólo quería sentirse única. Desnudarle. Sólo acercarse hasta fundirse en su cuerpo. Sudar. Desabrochar la camisa con la boca. Sentir el olor de un limón recién cortado. Devorarle en mordiscos pequeños. Lamer su piel. Perder el control. Olvidarse de ella. Olvidarle a él. Olvidar los lugares, las fechas, los problemas, las causas, las consecuencias. Sólo obedecer su instinto animal. Ser sólo un animal. No pensar, sólo sentir. Por un día. Por una noche. Por una eternidad.
Pero no era un animal.
Se terminó el granizado. Pagó la cuenta. Se despidió con dos besos. Y se alejó sonriendo, sólo ella conocía la combinación que la definía en ese momento; la dignidad de una reina, la apariencia de un ángel y las bragas de una puta. Combinación armoniosa, casi ceremonial. Lástima que hoy haya ganado la reina.
Una canción: Já sei namorar (Trivalistas)
Un lugar: Cualquiera repleto de desconocidos.
Un deseo: Dejad que alguna vez, gane la puta ;-)
5 comentarios:
¿Ser sólo un animal? ¿y qué más se puede ser?
Brillante post. ¿Quién dijo que fuera frío un granizado de limón?
Un granizado de limón, un animal...sin prejuicios y sin conceptos preconcebidos todo es posible (esto no tiene que ver con la zoofilia, que quede claro). Más raro fue aquel verano que no paró de nevar.
Gracias por la crítica.
Mistinguett, mil gracias, pocas cosas son mejores que poder poner una nota de color en un día gris.
Empanadilla, gran definición has hecho de la mujer 10; también comparto tu deseo, dejad que alguna vez gane la puta...
Último español, te confiaré un secreto; la mujer 10 no existe, pero no se lo digas a nadie, que siga el mito!
Hazme caso, la mujer 10 existe!, lo que pasa es que solo hasta que se cruza en su vida otra mujer, que no es 10 y es cuando surgen los problemas, jeje
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