24 julio, 2007

¿Cuándo calienta el sol?.


Este verano está muy raro.

Por un lado tenemos el viento; no sé a quién se le ha ocurrido abrir su particular caja de Pandora pero que la vaya cerrando que los demás mortales no somos culpables de su curiosidad. Por otro lado, el frío. ¿A qué viene esto? Dos días calor, uno lluvia, tres frío...¿Estamos todos locos o qué?. Así no hay quién se queje de calor ni de frío; no da tiempo. Vas destemplado todo el día.

Y qué decir tiene que a estas alturas todavía no tengamos una o dos o tres
canciones del verano; esas que, en mi opinión, las productoras lanzan por joder a la población. O eso o es que la población en verano se agilipolla (harto probable también; yo conozco unos cuantos ejemplos de este fenómeno de agilipollamiento estival, sólo preocupante cuando llega a mantenerse hasta Navidad).

Por pura curiosidad he estado buscando posibles canciones veraniegas. Tras desechar a Pablo Carbonell por motivos personales (cada vez que lo escucho hablar me cae peor), al Koala y Manolo Escobar por motivos de higiene mental básica y a
Cleopatra Stratan (que reconozco que casi, y digo casi, hasta me gusta) porque habla raro, me quedo con este pedazo de portento llamado La madre del topo y su canción: Mariposas. Sin comentarios.





Sería un escándalo hablar de este tema sin terminar con el gran Georgie Dan; el rey en estas lindes, que al parecer también intenta hacerse un hueco este año: "Quien critica la canción del verano, critica al pueblo" ....yo ya me callo pues... "Oh, pueblo, plebe enardecida que escucha los ritmos afrodisíacos de este gurú del agilipollamiento de masas, nunca osé molestaros."

23 julio, 2007

El hombre extraño.


Era extraño aquel hombre,

o por tal lo tomaron,

porque besaba todo

lo que hallaba a su paso.

Besaba a las personas,

al perro, al mobiliario

y mordia dulcemente

la ventana de un cuarto.


Cuando salia a la calle

le iba besando al barrio

las esquinas, aceras,

portales y mercados,

y en las noches de cine

(también las de teatro)

besaba su butaca

y las de sus costados.


Por estas y otras muchas

los cuerdos lo llevaron

donde nadie lo viera,

donde no recordarlo,

y cuentan que en su celda

besaba sus zapatos,

su catre, sus barrotes,

sus paredes de barro.


Un dia sin aviso,

murió aquel hombre extraño

y muy naturalmente

en tierra lo sembraron.

En ese mismo instante,

desde el cielo, los pajaros

descubrieron que al mundo

le habian nacido labios.


Silvio Rodríguez.

20 julio, 2007

El buen conejo oscense.


Yo no es por criticar, que soy super moderna y vanguardista, pero... ¿esto va en serio?
Aprovechando que hablo de esta nuestra ciudad, con este post pre laurentino, denunciaría la velocidad que deben alcanzar los peatones para cruzar en los semáforos de las Cuatro (4) Esquinas (quinas) saliendo y llegando en verde. Sólo falta que pongan un muñequito de esos que se mueven, correría desde el principio. Y es que hay que mantener a los abuelillos en forma, qué caray.
Señor responsable de la regulación del tráfico oscense...¿usted está entrenando para una maratón, verdad?. A mi ya me parece bien, pero a las personas que por diferentes motivos se mueven más lentamente que la media de la población también hay que darles una oportunidad para cruzar la calle, ¿no cree?

09 julio, 2007

Chop.



Hoy, cuando he salido a hacer unos recados he encontrado a Chop algo tristón. Le he preguntado: “¿Qué te pasa, Chop?” Él no me decía nada y obedecía tan bien como siempre.

Pero… pardiez, ha sido cuando he regresado y lo he visto de frente; el cadáver de un pajarillo colgando de su rejilla frontal. ”Pobre Chop, que ha matado un pajarillo sin querer…”

Le he tenido que tapar los faros para quitar la muestra evidente de su choque frontal de intereses. Después le he hecho mimillos, le he sacado el polvo, le he puesto el intermitente (que le hace muchas cosquillas y se parte de risa con el ruido) y le he prometido que esta tarde le llevaré al Elefante Azul para que se refresque y le pondré abrillantador, y que pronto le cambiarán el aceite y le mirarán los niveles (a Chop le encanta que le revisen por dentro y le miren los bajos). Está contento otra vez.

En el mundo del motor hace falta mucha psicología.
Una canción:



Un lugar: Chop, cuando fuera hace frío.
Un deseo: Relax.

07 julio, 2007

Susurro


Una película que comience con el brillo de tus ojos y acabe con el trazo de tu lengua.

...En fin, un día tonto lo tiene cualquiera.

06 julio, 2007

Esencia.


Lo más duro no es estar en un hospital junto a su cama, luchando contra cada minuto, susurrando palabras encantadas, desprovistas de fuerza o de valor. Lo más duro no es coger su mano esperando un milagro. Ni siquiera intentar dormir. Ni las pesadillas. Ni el peso constante en el pecho.

Lo más duro es volver al escenario donde todo ocurrió. Mirar sus cosas, en perfecto orden. Abrir la ventana intentando que el viento se lo lleve todo. Soportar tu propio dolor al contemplarlo, apoyada en ese que evitas a los demás. Borrar las huellas tangibles de la desgracia a golpe de fregona y abrillantador. Cambiar el olor. Intentar dejar todo como lo habría hecho ella. Sentir su esencia desplegada en toda la habitación. Volver a cerrar la puerta deprisa, apretando los labios, cerrando los ojos. Y rezar oliendo su ropa.

05 julio, 2007

El reloj.


" Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj. "

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj, de Historias de cronopios y de famas.
Julio Cortázar.
A mi tampoco me gusta medir el tiempo en minutos.

03 julio, 2007

Encontré a Lulú.


Mi cuerpo sigue recordándome hoy que donde las dan las toman.

Tras un intenso fin de semana pago las consecuencias con múltiples y variados mal - estares. Ni siquiera el cocido que me preparé con todo mi amor ayer por la noche ha matado todos los virus.

Hay que reconocer que me lo he ganado a pulso. No sabría con qué momento quedarme de todo el fin de semana. Ni si las frases míticas fueron pronunciadas por la mañana, por la tarde o por la noche. Sólo sé que parecía que llevaba dos semanas con vosotras. Hago un top seven de momentos estelares:

1.- Momento "Que tengáis un buen viaje, allá, donde vayamos."
2.- Momento bendición con Padre Nuestro y Ave María del taxista con complejo de predicador.
3.- Momento video porno en el móvil recién levantadas.
4.- Momento la ostia que me metí en la bañera.
5.- Momento farolillo rojo a la llegada al hostal.
6.- Momento "bailamos haciendo el pino".
7.- Momento proceso de desparasitación a la salida de la discoteca.

En fin, sólo son algunos de esos momentos que nos hacen sonreir al recordar. Pequeños tesoros que nos regala la vida y los amigos. Hay muchos más, lo sé, pero sólo busco vuestra sonrisa, no redactar una memoria. Felicidades a Miss Potorro y su séquito por esa forma de ser. Especial, acogedora y contagiosa.

Una canción: Esa Poto, esa Poto es, es....etc...
Un lugar: El mío (si lo encuentro un día de estos o de aquellos)
Un deseo: Sonrisas.


02 julio, 2007

Abismos.



Sólo escucha el estruendo del silencio interior. No deja espacio a palabras. No encuentra deseos puros que poder expresar. Todo es demasiado complicado, o demasiado simple. La rutina es una cómplice peligrosa. Confiada, blanda, espesa, confortable, gris, insípida. Se embadurna con ella y se abandona. Se desintegra. Deja de ser una y se convierte en miles de partículas que miran a todos lados evitando mirar hacia dentro. Mareas en la tierra. Partículas infinitesimales de si misma que impregnan el atardecer y no componen ninguna figura. Pensamientos estrangulados. Palabras vacías o demasiado llenas. Nada está en su justa medida.

Todavía no se conoce. O tal vez se conoce demasiado. O quizás únicamente está empezando a conocerse. Los ángeles le siguen acompañando, por si pierde la paciencia.